Hoy voy a hacer un homenaje a
Natalia, que ya la echamos de menos, haciendo una sopa fría de su país. La
remolacha me encanta porque añade ese color precioso a todos los platos, ¿os
acordáis del risotto
que hicimos para celebrar un san Valentín? Quedó fabuloso. Pues la sopa
fresquita de hoy es también perfecta para estos días. Si la hacéis de cena y añadís
el huevo es un plato único perfecto.
Ingredientes:
4 remolachas frescas grandes
2 pepinos
2 cebolletas frescas
3 rabanitos
3 yogures naturales griegos sin azúcar
Eneldo para espolvorear
2 vasos grandes de caldo frío de cocer las remolachas o
caldo de verduras
Sal
Pimienta negra
2 huevos duros
2 cucharadas de aceite de oliva (opcional)
Preparación:
Lavamos las remolachas y cocemos
en agua sin sal. Escurrimos y reservamos el caldo (dejamos que se enfríe).
Pelamos las remolachas, las rallamos y las colocamos en un bol.
A continuación, lavamos el resto
de las verduras y las pelamos. Rallamos los pepinos, las cebolletas y los
rabanitos. Añadimos a la remolacha rallada, salpimentamos y batimos con la
batidora eléctrica. Agregamos los yogures y el caldo. Si queremos añadimos el
aceite de oliva.
Servimos frio acompañado de huevo duro y espolvoreado de
eneldo.
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