Creo que se nota que me encantan
los pasteles salados. Me parecen una solución estupenda como primer plato o
como plato único en la cena o, incluso, como aperitivo cortado en pequeños
taquitos. Además se pueden preparar con antelación y, si sobra, quedan igual de
bien para el día siguiente. Éste es solo de verduras, así que es ligerito.
Ingredientes:
Para la masa:
200 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
Una cucharadita de albahaca seca
Un huevo
Sal
Para el relleno:
5 puerros medianos
200 ml. de nata líquida
2 cucharadas de leche
1 cucharada de mantequilla
4 huevos
Aceite de oliva
Preparación:
Primero prepararemos la masa.
Ponemos en un bol la harina, la mantequilla fría cortada en daditos, la sal y
la albahaca y lo amasamos bien. Cuando esté todo bien ligado, añadimos el huevo
batido y lo mezclamos. Hacemos una bola, la tapamos con un trapo y la metemos
en el frigorífico aproximadamente una hora.
Mientras, lavamos muy bien los
puerros. Los cortamos en cuatro partes de forma longitudinal, es decir, a lo
largo, y posteriormente lo cortamos a lo ancho en trocitos pequeños. Quedarán
pequeños triángulos de puerro. Los ponemos en una cazuelita con agua hasta que
los cubra y los cocemos durante veinte minutos, o hasta que el agua se haya
evaporado. Cuando haya pasado el tiempo, los escurrimos bien, añadimos la
cucharada de mantequilla y un poquito de aceite de oliva. Lo dejamos pochar
unos cinco minutos.
Batimos los huevos, los mezclamos
con la nata líquida y lo salpimentamos.
Encendemos el horno a 180°.
Colocamos la masa bien extendida sobre un molde previamente untado con
mantequilla, para que luego se despegue bien. Hacemos pequeños agujeros con un
tenedor, para evitar que suba la masa y volcamos sobre ella los puerros y,
encima de los puerros, la mezcla de los huevos y la nata.
Horneamos durante 45 minutos
aproximadamente.
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