Esto sí que va a ser un salto a los sabores de la infancia. La verdad es
que llevan un ratito hacerlos pero merece la pena. Lo único complicado es coger
el punto del horno para que el bizcocho genovés quede blandito, pero una vez
cogido quedan genial. Ya sabéis que podéis utilizar colorante para teñir el
chocolate blanco y, ¡por qué no!, hacerlos de otro color
si preparáis una fiesta temática de colores
Ingredientes:
Para el bizcocho genovés:
4 huevos
100 grs de azúcar
100 grs de harina
1 cucharadita de pasta de vainilla
Para el relleno:
Mermelada de fresa
200 ml de nata para montar
30 grs de azúcar
Para la cobertura:
300 grs de chocolate de fresa de cobertura (si no lo
encontráis, utilizad chocolate blanco de cobertura y le añadís colorante rosa)
5 cucharadas de nata para montar
1 cucharada de mantequilla
Preparación:
Primero vamos a preparar el bizcocho genovés.
Precalentamos el horno a 180°.
Separamos las claras de las
yema
s. Montamos las claras a punto de nieve y reservamos. A continuación,
batimos las yemas con el azúcar y la pasta de vainilla hasta que haya
triplicado su volumen (unos 10 minutos aproximadamente).
Añadimos la harina tamizada a las
yemas y movemos con cuidado con una espátula hasta que esté bien integrado.
Añadimos las claras montadas y con cuidado vamos mezclando para que no baje la
masa.
Cubrimos una bandeja de horno con
papel vegetal y añadimos la mezcla, extendemos bien y alisamos con la ayuda de
una espátula.
Horneamos durante 10-12 minutos, hasta
que empiece a coger color–no tiene que estar muy tostado porque se rompería al
enrollar.
Sacamos del horno, cubrimos con
un paño y desmoldamos. Cortamos el bizcocho en 9 rectángulos iguales.
Cortamos 9 rectángulos de papel
vegetal más grande que los rectángulos del bizcocho, cubrimos cada bizcocho con
uno de los papeles y enrollamos hacia dentro, dejando el papel por fuera.
Dejamos enfriar enrollados y tapados con un trapo durante 15 minutos.
Mientras se enfrían los
bizcochos, montamos la nata: batimos la nata y cuando empiece a estar montada
añadimos el azúcar.
Extendemos cada bizcocho, cubrimos con una
capa de mermelada y después con una capa de nata. Enrollamos y colocamos sobre
una rejilla.
Ponemos el chocolate de fresa al
baño maría (o el chocolate blanco y el colorante rosa) y añadimos la nata,
removemos bien. Y cubrimos los bizcochos con esta cobertura.
Dejamos enfriar.
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