Hoy os propongo como receta dulce
unas maravillosas galletas de calabaza. Son perfectas para acompañar un buen té
negro. El glaseado que le vamos a poner es de queso y lo vamos a colocar de
manera poco uniforme sobre las galletas, vamos a hacer como si fuera un
pegotito. Si queréis hacerlas para el desayuno y un poco más ligeras, no
pongáis el glaseado y están igualmente espectaculares.
Ingredientes (salen unas 30 aproximadamente):
Para la masa de
galletas:
115 grs de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200 grs de azúcar
100 grs de azúcar moreno
1 huevo
270 grs de puré de calabaza
375 grs de harina
1 cucharadita de levadura tipo royal
¼ cucharadita de sal
1 cucharadita de jengibre en polvo
½ cucharadita de canela en polvo
¼ cucharadita de nuez moscada molida
Para el glaseado de
queso:
115 grs de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
125 grs de queso crema a temperatura ambiente
300 grs de azúcar glas
1 cucharadita de extracto de vainilla
Canela en polvo para espolvorear
Preparación:
Primero vamos a preparar la masa
de las galletas. Batimos los dos tipos de azúcar con la mantequilla,
incorporamos el huevo y seguimos batiendo. Añadimos el puré de calabaza y
mezclamos bien.
Tamizamos la harina con la
levadura, la sal, el jengibre, la canela y la nuez moscada. Añadimos a la
mezcla anterior y mezclamos bien.
Precalentamos el horno a 180°.
Ponemos papel vegetal sobre una
bandeja de horno y con ayuda de una cuchara de helado pequeña vamos colocando
porciones, dejando una separación entre ellas.
Horneamos durante 17 minutos.
Una vez que estén las galletas
frías prepararemos el glaseado de queso.
Ponemos en la batidora la mantequilla y el queso, batimos hasta que obtengamos
una mezcla blanquecina y suave. Añadimos el azúcar glas y la vainilla. Batimos bien
hasta que esté todo mezclado.
Con ayuda de una espátula vamos
poniendo un poco de glaseado por encima de cada galleta y espolvoreamos de
canela.
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