Hay que lanzarse a hacer recetas
nuevas, aunque sea Navidad y los nervios de preparar una comida espectacular
para la familia estén a flor de piel. Esta pava podéis hacerla simplemente
asada, como en esta receta, o añadir un relleno, como veremos en la receta que
tendremos a continuación. La mantequilla le añade muchísima cremosidad y ya
sabéis que un día es un día.
Ingredientes:
1 pava de 5 kgs
500 grs de mantequilla a temperatura ambiente
150 grs de arándanos secos
3 mandarinas
Un buen puñado de romero fresco
Un buen puñado de tomillo fresco
Un buen puñado de salvia fresca
Pimienta
Nuez moscada
Preparación:
Picamos bien las hierbas y los
arándanos con ayuda de un cuchillo y ponemos en un bol. Añadimos sal, pimienta,
nuez moscada y ralladura de una mandarina. Mezclamos la mantequilla con lo anterior
hasta obtener una mezcla homogénea.
A continuación, prepararemos la
pava: con ayuda de una cucharita vamos separando un poco la piel de la carne,
con cuidado para que no se rompa. Y vamos metiendo la mezcla anterior por la
piel y empujamos para que llegue lo más lejos que se pueda. Con ayuda de una
brocheta o rama de romero o con un hilo cerramos para que no se salga la
mantequilla. El resto de la mezcla lo metemos por el cogote. Metemos dos
mandarinas cortadas por la mitad dentro de la pava. Sazonamos la pava por
dentro y por fuera.
Ponemos encima de la pechuga unas
bolsas de guisantes congelados, por ejemplo, o lo que tengamos en el congelador
para que se enfríen las pechugas y así se harán a la vez que los muslos.
Dejamos unos 15 minutos, después quitamos las bolsas y horneamos.
Precalentamos el horno al máximo
y cuando vayamos a meter la pava bajamos la temperatura a 180°. Ponemos calor
abajo.
Calculamos unos 35 minutos por kg
de pava. También podemos calcular si está hecho comprobándolo con un
termómetro. Si pinchamos los muslos, tienen que tener 70° de temperatura para
que estén hechos, en cambio la pechuga tiene que tener 65°.
Una vez horneado, sacamos del
horno y con ayuda de dos tenedores ponemos la pava en posición vertical para
que suelte todo el jugo (que guardaremos). Cubrimos la pava con aluminio y
sobre éste un paño de cocina, dejamos reposar durante 2 horas.
Por último, ponemos en un cazo la
salsa que ha soltado la pava y calentamos hasta que se reduzca y espese. Si
vemos que no espesa, en un vasito con agua fría disolveremos una cucharadita de
maicena y lo incorporamos al cazo. Removemos y ya tenemos una buena salsa para
acompañar a la pava.
Receta obtenida con algunos
cambios de Jamie Oliver
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