Esta quiche nos puede servir
perfectamente para llevarla a un picnic, ya sea en la playa –quienes tengáis la
suerte de tenerla en vuestra ciudad– o en el campo, que todavía estamos medio
confinados. No importa si la tomáis fría, aunque caliente estará más esponjosa
al fundirse el queso. Y ya sabéis que si no tenéis tiempo, siempre se puede
comprar la pasta brisa ya preparada.
Ingredientes:
Para la pasta brisa:
250 grs de harina
125 grs de mantequilla a temperatura ambiente
1 yema
Una pizca de sal
50 ml de agua
Para el relleno:
2 huevos
1 yema
80 grs de queso parmesano rallado
1 cebolla
300 grs de calabacines
120 grs de queso feta
150 ml de leche
150 ml de nata fresca
2 ramitas de tomillo
1 cucharada de aceite de oliva
Sal
Pimienta molida
Preparación:
Primero vamos a preparar la pasta brisa: ponemos en un bol la
harina en forma de volcán. Colocamos en el centro la mantequilla cortada en
dados, mezclamos y añadimos la yema, la sal y el agua. Mezclamos. Formamos una
bola y envolvemos en papel film. Ponemos en la nevera durante 1 hora y media.
Mientras, prepararemos el relleno: pelamos el calabacín y
cortamos en dados. Pelamos la cebolla y cortamos. En una sartén, ponemos un
poco de aceite y cocinamos la cebolla troceada y el calabacín a fuego lento
hasta que estén blandos.
Precalentamos el horno a 180⁰.
Extendemos la masa en la encimera
enharinada y colocamos en el molde engrasado. Picamos la masa con ayuda de un
tenedor, cubrimos de papel film y refrigeramos durante 15 minutos.
En una ensaladera ponemos el queso
feta troceado, el queso rallado, la leche, la nata fresca, los huevos, la yema
y mezclamos con un tenedor. Salpimentamos. Añadimos el calabacín y la cebolla
escurridos y mezclamos.
Quitamos el papel film de la masa
y vertemos el relleno. Espolvoreamos con el tomillo y horneamos durante 25
minutos.
Receta obtenida del libro: “Quiches, cakes et tartes
salées “de “Les Bonnes Saveurs”