Este es uno de esos pasteles
salados que me encantan. Ahora que estamos volviendo a juntarnos es perfecto
para llevar a cualquier reunión. El toque dulzón de la miel le aporta un
regusto fantástico y no escatiméis en cebollas que la cantidad es importante
Ingredientes:
Para la masa:
200 grs de harina
1 yema
100 grs de mantequilla a temperatura ambiente
1 cucharadita de sal
30 ml de agua
Para el relleno:
600 grs de cebolla
4 huevos
50 grs de mantequilla
50 ml de nata líquida
2 cucharadas de miel
Una pizca de nuez moscada
Preparación:
Primero vamos a preparar la masa: ponemos en un bol la harina,
la sal, la yema y la mantequilla cortada en trozos. Mezclamos bien todo y
añadimos el agua. Mezclamos todo hasta conseguir una masa homogénea y
envolvemos en papel film. Metemos en la nevera durante 1 hora.
Mientras, prepararemos el relleno: pelamos y picamos las
cebollas. Ponemos en una cazuela la mantequilla y añadimos las cebollas,
cocinamos a fuego lento durante 20 minutos aproximadamente. Añadimos la miel y
removemos. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Precalentamos el horno a 190⁰.
Untamos con mantequilla un molde
desmontable de unos 24 cm aproximadamente. Enharinamos un poco la mesa de trabajo
y extendemos con ayuda de un rodillo la masa dejándola con un grosor de 3 mm.
Ponemos la masa en el molde, cortando la masa sobrante.
Batimos los huevos en un bol, añadimos
la nata, sal, pimienta y nuez moscada.
Ponemos sobre la masa las
cebollas y vertemos por encima la mezcla de los huevos.
Horneamos durante 35 minutos.
Receta obtenida de: www.mariclaire.fr.
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