Me gusta cocinar canelones alguno de los días importantes de las Navidades. Estos son especiales porque tienen tres tipos diferentes de carne (pollo, ternera y cerdo) además del jamón serrano. La combinación de las tres carnes y el toque que le da el vino blanco los hacen extraordinarios de ricos.
Ingredientes:
3 paquetes de canelones precocidos
400 grs de carne picada mixta
50 grs de jamón serrano
500 grs de carne picada de pollo
115 grs de paté
250 ml de caldo de pollo
1 vasito de vino blanco
1 cebolla
6 cucharadas de sofrito de tomate
Sal
Pimienta
Aceite
Orégano
Para la cobertura:
Salsa de tomate
Queso rallado
Trocitos de mantequilla
Para la salsa bechamel:
75 grs de harina
50 grs de mantequilla
Sal
Pimienta
Nuez moscada
2 cucharadas de aceite de oliva
1 litro de leche entera
Preparación:
Cortamos la cebolla muy fina y
sofreímos en el aceite con un poquito de sal. Incorporamos la carne mixta, la
carne de pollo y el jamón y rehogamos bien todo. Añadimos el vino y dejamos a
fuego suave hasta que reduzca. Después trituramos todo en la picadora.
Ponemos en la cazuela otra vez y
añadimos el sofrito de tomate, el caldo, el paté y removemos.
Salpimentamos con cuidado, ya que
el jamón le aporta sal. Añadimos el orégano y dejamos espesar. Dejamos enfriar.
A continuación, ponemos los
canelones en agua caliente el tiempo que indique el fabricante. Removemos de
vez en cuando para que no se peguen.
Rellenamos los canelones con el relleno.
Ponemos en la base de la fuente
donde vamos a hornear los canelones un poco de salsa de tomate y colocamos los
canelones encima.
Cubrimos con una capa de salsa de
tomate y espolvoreamos con orégano.
Preparamos la salsa bechamel:
ponemos en una sartén la mantequilla y el aceite. Cuando esté fundida la
mantequilla incorporamos la harina y removemos para que se vaya tostando.
Incorporamos la leche templada poco a poco y removemos para que no se formen
grumos. Salpimentamos y añadimos la nuez moscada. Dejamos espesar un poco y
retiramos del fuego.
Cubrimos los canelones con la
salsa bechamel y espolvoreamos con queso rallado y trocitos de mantequilla.
Horneamos durante 20 minutos a 200°. Si vemos que no se
han dorado todavía, gratinamos un poco más.
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