Solo el nombre ya invita a hacerlos. Y realmente son del paraíso porque están buenísimos. Se pueden comer incluso sin rellenar, o, si queréis innovar, podéis rellenarlos también con crema pastelera o, incluso, con lemon curd.
Ingredientes:
120 grs de harina
130 grs de fécula de patata
200 grs de mantequilla a temperatura ambiente
5 yemas de huevo M
2 huevos enteros M
220 grs de azúcar glas
4 grs de levadura en polvo
1 cucharadita de extracto de vainilla
Ralladura de limón
Una pizca de sal
Azúcar glas para decorar
Para el relleno:
300 ml de nata de montar fría
70 grs de leche condensada
1 cucharadas de miel
Preparación:
Primero vamos a preparar el
relleno: batimos la nata hasta que esté firme, añadimos la leche
condensada y la miel y mezclamos. Refrigeramos.
A continuación, nos queda
preparar la masa de los bizcochos: batimos la mantequilla con el
azúcar glas, la ralladura de limón, la vainilla y la sal durante 5 minutos o
hasta que veamos que la mezcla está esponjosa.
Precalentamos el horno a 170°.
Tamizamos la harina, la fécula de
patata y la levadura. Reservamos.
Ponemos en una jarrita los huevos
y las yemas y mezclamos bien. Ahora vamos incorporando un poco de la mezcla de
huevos, un poco de la mezcla de harina y así moviendo con cuidado hasta
terminar.
Engrasamos una bandeja de 30 x 50
y colocamos papel vegetal. Vertemos la masa y nivelamos. Horneamos durante
20-25 minutos o hasta que al pinchar un palillo éste salga limpio.
Sacamos del horno y dejamos
enfriar.
Dividimos el bizcocho en dos a lo
largo. Ponemos el relleno en una de las partes y colocamos la otra parte del
bizcocho encima del relleno, presionando bien. Refrigeramos.
Una vez frío, cortamos en
rectángulos y espolvoreamos de azúcar glas.
Receta obtenida de: www.lamammacuoco.it
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