Me encantan las galletas que llevan almendra molida en lugar de harina. El sabor me recuerda a la tarta de Santiago o a mazapán y me evocan muchos recuerdos. Tened en cuenta que la masa, una vez preparada, exige tiempo de refrigeración, así que podéis hacerlas en dos días. Riquísimas con un buen café.
Ingredientes:
200 grs de almendra molida
2 claras de huevo a temperatura ambiente (65-70 grs)
200 grs de azúcar glas
1 cucharadita de zumo de limón
Ralladura de naranja
1 sobre de azúcar de vainilla
1 cucharadita de extracto de pistacho
250-300 azúcar glas para el acabado
Preparación:
Mezclamos, con ayuda de unas
varillas manuales, las claras de huevo con el zumo de limón, la vainilla, la
ralladura de naranja y el extracto de pistacho hasta obtener una mezcla
espumosa.
Añadimos el azúcar glas y la
almendra molida. Mezclamos con ayuda de una cuchara de madera.
Formamos una bola y cubrimos con
papel film. Dejamos reposar en la nevera durante al menos 24 horas.
Pasado el tiempo, ponemos la masa
sobre la superficie donde vamos a estirarla y antes espolvoreamos con la mitad
del azúcar glas. Estiramos la masa con ayuda de un rodillo dejándola con un
grosor de 10 mm.
Utilizaremos un cortador ovalado
de 6 mm de largo. Espolvoreamos el cortador de azúcar glas y vamos formando las
galletas.
Colocamos sobre una bandeja de
horno cubierta con papel vegetal, dejando una separación de unos 4 cm aprox.
Pasamos con ayuda de los dedos un
poco de agua por la superficie (sin que gotee) y espolvoreamos de abundante
azúcar glas.
Precalentamos el horno a 150⁰,
metemos la bandeja y a los 5 minutos subimos la temperatura a 170⁰ durante 6
minutos hasta que se formen las clásicas grietas en la superficie. Bajamos la
temperatura a 160⁰ y dejamos unos 6 minutos más.
Sacamos del horno y dejamos
reposar. Al principio estarán blandos pero una vez fríos adquieren una buena
consistencia.
Receta obtenida de: www.tavolartegusto.it
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