Ya sabéis que estos postres cuajados que no necesitan horno son mis preferidos. Como señalo siempre, sólo hay que tener en cuenta el tiempo de refrigeración, en este caso 24 horas. Además ahora es el momento de hacer este postre porque ya hay en el mercado unas fresas buenísimas.
Ingredientes:
3 hojas de gelatina
400 ml de nata de montar
100 grs de azúcar moreno claro
2 cucharaditas de pasta de vainilla
400 grs de yogur griego
400 grs de fresas
4 cucharadas de anís dulce
2 ramitas de menta fresca
Galletas de mantequilla o de jengibre
Preparación:
Colocamos la gelatina en un bol y
cubrimos de agua fría para hidratarla.
Vertemos la nata en un cacito con
el azúcar y la vainilla. Colocamos a fuego medio-bajo hasta que empiece a
burbujear. Apagamos el fuego.
Escurrimos las hojas de gelatina
y vertemos al cacito, removemos para que se disuelva y añadimos el yogur.
Cuando tengamos la mezcla homogénea, repartimos en vasitos o moldes.
Dejamos templar, tapamos y
refrigeramos hasta el día siguiente.
Al día siguiente, cortamos las
fresas por la mitad y colocamos en un bol con el anís dulce. Dejamos macerar
durante 1 hora.
Desmoldamos la panna cotta en un
platito y servimos con las fresas y las galletas trituradas. Si vemos que
cuesta desmoldar, sumergimos cada molde en un recipiente con agua hirviendo
durante 20 segundos o hasta que veamos que se mueve.
Decoramos con alguna hoja de
menta.
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