Esta es una de esas tartas
especiales para el verano: ligera, fresca y, sobre todo, ¡no hace falta
encender el horno! La podéis decorar con las frutas que más os gusten, yo en
este caso me he decantado por frutas del bosque, pero también puede quedar bien
con rodajitas de kiwi, gajos de mandarina, cerezas deshuesadas y cortadas por
la mitad… lo que la imaginación y el mercado os ofrezcan.
Ingredientes:
6 hojas de gelatina neutra
2 huevos
125 grs de azúcar
50 ml de zumo de naranja
50 ml de zumo de lima
400 ml de nata para montar
250 grs de queso fresco tipo Quark
Para decorar:
Uvas, frambuesas, grosellas, arándanos…
Preparación:
Ponemos las hojas de gelatina en agua fría para que se vayan
hidratando.
En un bol, ponemos los huevos con
el azúcar y mezclamos. Reservamos.
En un cacito ponemos a calentar
los dos tipos de zumo y vertemos muy despacio y sin parar de mover sobre los
huevos y azúcar. Ponemos esta mezcla a fuego medio-bajo y calentamos hasta
obtener una crema. Añadimos las hojas de gelatina escurridas y mezclamos todo
bien y dejamos templar.
Semi montamos la nata y añadimos
a la mezcla anterior, añadimos el queso tipo quark y mezclamos con cuidado.
Ponemos la mezcla en un molde
redondo de unos 20 cm y dejamos en la nevera hasta que cuaje, un mínimo de 3
horas.
Desmoldamos y decoramos con las frutas frescas que hayamos
elegido.
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