Estas tartas son de las frías, tipo mousse, que me gustan. Sólo necesitamos el horno para hacer el bizcocho, el resto necesita refrigeración. Podéis hacer el bizcocho el día anterior, y así no tardaréis nada en hacer el resto el mismo día que la vayáis a comer. Aprovechad que ya queda poco tiempo para que las fresas estén fuera de temporada.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
3 huevos
Una pizca de sal
80 grs de azúcar
80 grs de harina
1 cucharada de maicena
Para el relleno:
500 grs queso de untar
250 grs de yogur griego azucarado
500 grs de nata de montar
400 grs de fresas
3 cucharadas de leche entera
10 hojas de gelatina
2 bolsitas de azúcar de vainilla
5 cucharadas de zumo de limón
80 grs de azúcar
Para decorar:
4 cucharadas de nata montada
130 grs pistachos picados
Preparación:
Primero vamos a preparar el
bizcocho: separamos las claras de las yemas. Empezamos batiendo las claras
a punto de nieve con una pizca de sal y, cuando empiecen a espumar, añadimos el
azúcar y seguimos batiendo hasta que estén montadas.
Batimos las yemas y las añadimos
a la mezcla anterior. Tamizamos la maicena con la harina y añadimos a la mezcla
anterior con movimientos envolventes.
Engrasamos un molde desmontable
de unos 22 cm de diámetro (con base de cerámica y bordes de silicona) y
colocamos en la base un papel vegetal. Incorporamos la mezcla. Horneamos a 200⁰
durante 15 minutos. Reservamos.
Ponemos la gelatina en agua fría
para hidratarla.
Lavamos y secamos las fresas.
Cortamos por la mitad y reservamos alguna para la decoración. Trituramos la
mitad de las fresas y cortamos en trocitos el resto de las fresas.
Mezclamos el queso de untar con
el yogur, el azúcar de vainilla y el zumo de limón.
Montamos la nata con el azúcar y
reservamos 4 cucharadas para el borde.
Escurrimos la gelatina y
disolvemos en la leche caliente. Añadimos a la mezcla de yogur y queso.
Dividimos la mezcla en dos.
A una de las partes, añadimos el
puré de fresas y los trocitos de fresas. Incorporamos la mitad de la nata a la
mezcla que lleva fresas y la otra mitad de la nata a la mezcla que no las
lleva.
Extendemos la mezcla que lleva
fresas sobre el bizcocho y vertemos la otra capa que no lleva fresas encima.
Alisamos con una espátula y refrigeramos durante un mínimo de 4 horas.
Pasado el tiempo de reposo,
comprobando que la tarta está cuajada, extendemos la nata alrededor y
espolvoreamos con los pistachos picados.
Adornamos con las fresas
reservadas.
Receta obtenida de: www.cuisine.notrefamille.com
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