Es la primera vez que he hecho esta receta y el resultado ha
sido fantástico. No son muy laboriosos de hacer, solo tenemos que tener unos
cilindros especiales para repostería que son fáciles de conseguir en cualquier
tienda de menaje. Lo blandito de la crema pastelera y lo crujiente del
barquillo es una textura perfecta. Tengo que probar con otros rellenos, ya os
iré contando.
Ingredientes:
Para los barquillos:
200 ml de aceite de oliva suave
100 ml de vino blanco
100 ml de anís dulce
2 naranjas
1 cucharada de azúcar
750 grs de harina de fuerza
Aceite de girasol para freír
Azúcar glas para espolvorear
Para la crema pastelera:
½ litro de leche entera
120 grs de azúcar
3 yemas de huevo
40 grs de maicena
Un poco de mantequilla
1 rama de vainilla cortada por la mitad
Preparación:
Vamos a empezar preparando la
crema: ponemos a calentar la leche con la vainilla separando un poco para
desleír la maicena.
Batimos las yemas con el azúcar.
Cuando la leche llegue a ebullición, la añadimos poco a poco y removemos. Ponemos al baño maría y añadimos
también la maicena disuelta, bajamos el fuego, y no paramos de remover con unas
varillas hasta que espese.
Retiramos del fuego y dejamos
enfriar, tapándolo con film transparente para que no se forma costra en la
superficie. Reservamos.
Ahora vamos a por los barquillos.
Freímos el aceite de oliva con la cáscara de una de las naranjas, cuando veamos
que está frita, retiramos del fuego y dejamos enfriar el aceite.
En un bol ponemos el zumo de las
naranjas exprimidas, el vino blanco, el anís dulce, la cucharada de azúcar y el
aceite frío. Mezclamos todo bien. Añadimos poco a poco la harina tamizada y
mezclamos hasta obtener una masa homogénea y manejable.
Estiramos con el rodillo y vamos
cortando tiras y envolviendo nuestros cilindros. Metemos los dedos dentro del
cilindro en cada extremo y hacemos rodar sobre la encimera para que la masa
quede compacta y no nos queden agujeros, ya que si no se saldría la crema
cuando los rellenáramos. Ponemos en una sartén a calentar bastante aceite de
girasol, y cuando veamos que está caliente, vamos dorando nuestros barquillos a
fuego medio, dándoles la vuelta para que se frían bien por dentro. Colocamos
sobre papel absorbente.
Cuando tengamos todos los barquillos hechos, es
el momento de rellenarlos con nuestra crema y espolvorearlos con azúcar glass.
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