¿No resulta curioso un tiramisú
sin café? Bueno, pues en este hemos sustituido el café por frutos rojos y está
igual de bueno. Como no es fácil encontrar frutos rojos todo el año, he
utilizado congelados y ha quedado perfecto. Ya me diréis si os animáis.
Ingredientes para seis raciones:
300 gr. de frutos rojos congelados
Doce bizcochos de soletilla
150 gr. de azúcar
3 huevos
250 gr. de mascarpone
Una cucharadita de vainilla
6 fresas
Preparación:
Ponemos los frutos rojos en una
cazuelita con 50 gramos de azúcar y dos cucharadas de agua y lo llevamos a
ebullición. Lo dejamos cociendo tres minutos. Lo retiramos del fuego y dejamos
que se enfríe.
Separamos las claras de las
yemas. En un bol ponemos las yemas, junto con la vainilla y los 100 gramos de
azúcar que nos quedaban. Lo batimos con la batidora hasta que la mezcla
blanquee un poco. Una vez que esto haya sucedido, añadiremos el mascarpone (es
mejor dejarlo fuera de la nevera un rato antes para que mezclarlo sea más
fácil), lo mezclamos bien y lo reservamos.
Montamos las claras a punto de
nieve. Cuando estén montadas, las añadimos a la mezcla anterior con movimientos
envolventes y con ayuda de una espátula de silicona.
Ya solo nos queda montar el
postre -en este caso lo he colocado en un vasito-: ponemos la mitad de un
bizcocho de soletilla, una cucharada de los frutos rojos con un poco de jugo,
para que empape el bizcocho, y una cucharada de la mezcla del mascarpone.
Repetimos la operación dos veces, formando capas. Por último, para decorar,
colocamos una fresa.
Receta inspirada en la
revista Cuisine et vins de France.
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