Esta fecha es perfecta para tomar
un potajito de garbanzos y bacalao. Lo más importante, si compráis el bacalao
en salazón es desalarlo bien, si no podéis arruinar el plato. Lo mejor es
dejarlo en agua el día anterior y cambiar èsta durante el día 3 veces. También
es importante que no echéis sal al guiso hasta el final, por si el bacalao
hubiera soltado.
Ingredientes:
200 grs de garbanzos secos
200 grs de bacalao remojado
100 grs de espinacas frescas (se pueden comprar congeladas)
1 zanahoria
6 dientes de ajo
4 cebollas
2 clavos de especia
1 hoja de laurel
2 tomates maduros
1 cucharada de harina
1 cucharada de pimentón dulce
200 ml de caldo de verduras
2 tostadas de pan
1 cucharadita de cominos
2 huevos duros
Aceite, sal y pimienta
Preparación:
Ponemos los garbanzos en remojo
en agua templada y sal la noche antes de hacer el potaje. Al día siguiente,
ponemos a hervir los garbanzos en agua caliente y añadimos dos cebollas enteras
con los clavos de especia pinchados, tres cucharadas de aceite, el laurel, la
zanahoria pelada y troceada y dos dientes de ajo. Cocemos a fuego lento unas
dos horas.
Picamos el resto de las cebollas
y ajos y sofreímos en una sartén con un poco de aceite hasta que esté todo
doradito. Añadimos la harina, el pimentón, los tomates pelados y picados y las
espinacas limpias y troceadas. Rehogamos unos 10 minutos. A continuación, lo
añadimos a los garbanzos, que estarán aproximadamente a la mitad de la cocción,
junto con el bacalao desmenuzado.
Majamos en un mortero las
tostadas de pan y los cominos y añadimos el caldo de verduras. Lo cocemos unos
15 minutos y añadimos al potaje. Rectificamos de sal.
Al momento de servir el potaje añadimos los huevos duros
cortados en trozos.
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