Me encanta el queso. Todo tipo de queso. Y, por supuesto, me
gusta incorporarlo a las recetas. En este caso he utilizado un queso francés,
el Brique d’Auvergne (se llama brique por su forma de ladrillo). No es difícil
de encontrar, pero os podría servir cualquier queso tipo brie, para que funda
fácilmente.
Ingredientes:
Pan artesano
Chalotas
Champiñones naturales
Brique d’Auvergne
Medio vasito de sidra natural
Preparación:
No pongo las cantidades en los
ingredientes porque depende de cuántas tostadas que queráis hacer.
Lo primero es hacer los
champiñones. Los lavamos muy bien. Esto es importantísimo porque los
champiñones suelen traer mucha tierra y si no los dejamos muy limpios nos
arruinarán la receta, seguro. Los cortamos en lonchitas finas y los ponemos en
una sartén con un poquito de aceite. Dejamos que se hagan a fuego lento. Es
importante que se consuma todo el líquido que sueltan. Una vez que tengamos
hechos los champiñones, los reservamos.
Ponemos a pochar las chalotas en
una sartén con un poquito de aceite de oliva. Lo mejor es que sean chalotas
porque son más dulces que las cebollas, pero si no tenemos a mano, se pueden
sustituir por cebollas. Una vez que estén transparentes, echamos el medio vaso
de sidra natural y dejamos que se evapore.
Ya solo nos queda montar la
tostada. Cortamos el pan artesano en rebanadas. No hace falta que sean muy
anchas, con un dedo de grosor será suficiente. Colocamos encima las chalotas,
luego los champiñones y acabamos con el queso Brique d’Auvergne cortado en
tiritas. Lo metemos a gratinar en el horno. Cuando el queso se haya deshecho,
entonces estará listo.
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