Este postre es mi especialidad. Ni siquiera recuerdo cuándo fue la
primera vez que hice leche frita, pero es un postre recurrente en mi cocina. El
truco consiste en dejar que se enfríe bien la mezcla antes de cortarla, si
estuviera solo templada sería un fracaso. Si normalmente hay que cumplir los
tiempos en una receta, en los postres aún más. Deliciosa.
Ingredientes:
400 ml de leche entera
35 grs de maicena
80 grs de azúcar
Cáscara de limón
1 rama de canela
1 huevo
Maicena para rebozar
Azúcar para rebozar
Aceite para freír
Disolvemos la maicena en 100 ml
de la leche fría. Reservamos.
Ponemos el resto de la leche (300 ml) en un cacito con la
rama de canela y la cáscara de limón. Llevamos a ebullición y apagamos. Dejamos
infusionar durante 15 minutos tapando el cacito.
Colamos la mezcla y añadimos la mezcla de leche con maicena.
Mezclamos bien y ponemos a calentar en un cacito a fuego medio-bajo. Removemos
sin parar hasta que la mezcla espese.
Vertemos la mezcla en un recipiente de cristal no muy
grande, para que la mezcla quede alta y los trocitos de leche frita nos queden
más altos. Cubrimos con papel film rozando la mezcla.
Metemos en la nevera un mínimo de 4 horas (si lo hacemos la
víspera anterior mejor).
Cortamos la mezcla en cuadrados, rebozamos en maicena y
después en huevo batido.
Freímos en abundante aceite caliente. Sacamos y colocamos en
un plato con papel absorbente.
Rebozamos con azúcar y servimos.
Receta obtenida de : www.directoalpaladar.com
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