Hacía mucho tiempo que no comía piruletas. Cuando era
pequeña me encantaba chuparlas para luego tener los labios rojos como si
tuvieran carmín, aunque lo que se ponía más rojo era la lengua. De nuevo una
vuelta a los sabores de la infancia. Esta tarta es muy fácil y además no se
necesita horno, perfecta para estos días.
Ingredientes:
6 hojas de gelatina neutra
1 yogur griego
la medida del yogur en azúcar
9 piruletas
50 ml de agua
50 ml de licor de piruletas
350 grs de nata para montar
1 plancha de bizcocho redondo para la base
Preparación:
Trituramos cinco piruletas, las
echamos en un cazo que tendremos al fuego con los 50 ml de agua y movemos hasta
que se disuelvan.
A continuación, ponemos en remojo
en agua fría la gelatina durante 5 minutos.
Retiramos el cazo del fuego y
echamos la gelatina escurrida, removemos bien para que se disuelva.
En otro recipiente mezclamos el
azúcar con el yogur griego y el licor de piruleta. Una vez bien mezclado le
añadimos la mezcla de la gelatina y removemos.
Montamos la nata y con
movimientos envolventes le añadimos toda la mezcla anterior, hasta que quede
una pasta homogénea.
Engrasamos un molde redondo
desmontable, colocamos la plancha de bizcocho, colocamos de pie en el borde del
bizcocho las piruletas restantes y colocamos encima la mezcla. Metemos en la
nevera unos 5 ó 6 horas, hasta que veamos que está bien cuajada.
Receta obtenida de: http://www.lareposteriademiguel.com/
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