Estos dulces suelo hacerlos en
Navidad para regalárselos a mis amigos. Me encanta regalar en general, pero si
además son cosas hechas por mí creo que tienen un valor especial porque implica
que he pensado en ellos y les regalo también parte de mi tiempo. Después de
hacerlos, compro unas cajas bonitas y ¡es el regalo perfecto!
Ingredientes:
330 grs de harina tamizada
100 grs de azúcar
10 ml de anís dulce
120 ml de aceite de oliva suave
100 ml de vino dulce
½ cucharadita de canela
12 grs de ajonjolí o sésamo
10 grs de anís en grano
Piel de un limón
½ cucharadita de levadura en polvo
Preparación:
Ponemos el aceite a calentar con
la corteza de limón durante 2 minutos. Retiramos y dejamos enfriar.
A continuación, tostamos el
ajonjolí un poco en una sartén, con cuidado que enseguida se nos puede quemar.
Lo reservamos.
Ponemos al fuego otra sartén y
ponemos en ella la harina. La tostamos hasta que veamos que ha cogido un poco
de color y la colocamos en un bol junto con el azúcar, el anís en grano, el
ajonjolí, la levadura y la canela. Añadimos el aceite frío, el vino dulce y el
anís.
Mezclamos todo bien y estiramos
con el rodillo, dejando la masa con un grosor de 1 cm.
He utilizado un cortador de
donuts, pero, si no tenéis, podéis hacerlos como si fueran rosquillas, o
también podéis utilizar un vaso grande y uno más pequeño para hacer el agujero
del rosco.
Por último, los ponemos en una
bandeja del horno forrada con papel de hornear, y horneamos con el horno
precalentado a 180° unos 15 minutos. Aunque los notéis blandos, no os
preocupéis, ya que cuando se enfrían se endurecen un poco. Los rebozamos con
azúcar glass y ¡listos!
Receta obtenida de: www.misrecetaspreferidas.com
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