La tarta de nata es facilísima de hacer, solo hay que tener en cuenta que necesita tiempo de refrigeración para cuajar bien. El sabor de la galleta me gusta muchísimo y, en este caso, tiene en la base y en la decoración, así que es perfecta. Si queréis hacerla de otro color es suficiente con que añadáis un poco de colorante comestible.
Ingredientes:
Para la base:
100 grs de galletas tipo maría
50 grs de mantequilla
Para el relleno:
400 ml de nata para montar fría
250 grs de leche condensada
8 grs de gelatina neutra en polvo
3 galletas
Primero vamos a triturar las
galletas con un robot de cocina y mezclamos con la mantequilla derretida.
Colocamos la mezcla en un molde desmontable de unos 15-18 cm de diámetro,
presionamos un poco con una cuchara y refrigeramos.
Ponemos la gelatina en un vaso de
agua fría y dejamos reposar para que se hidrate (se formará un gel).
Calentamos un poco la leche
condensada y añadimos la gelatina, mezclamos bien. Cuando la mezcla esté casi
fría, incorporamos la nata montada. Mezclamos bien y alisamos la superficie.
Tapamos el molde con papel film y dejamos en la nevera toda la noche.
Al día siguiente, trituramos las
tres galletas y esparcimos por toda la superficie.
Desmoldamos y servimos.
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