Esta receta es especial para los
amantes del jengibre. Cada vez hay más noticias que hablan de los poderes de
esta raíz y, aunque es verdad que el sabor es peculiar, y hay grandes adeptos y
acérrimos detractores de este sabor, en este postre le da un toque especial que
merece la pena probar.
Ingredientes (3 grandes y 3 pequeños):
450 ml de nata para montar
100 grs de mascarpone
2 cucharaditas de pasta de vainilla o las semillas de 1
vaina de vainilla
10 cm de jengibre fresco pelado
6 yemas de huevo
60 grs de azúcar moreno
6 cucharadas de azúcar moreno para espolvorear
Preparación:
Precalentamos el horno a 150°.
Ponemos los recipientes
(ramequines) en una fuente de horno y echamos agua caliente hasta la mitad de
la altura de sus laterales.
Ponemos la nata, el mascarpone y
la vainilla en un cacito y calentamos hasta que empiece a hervir. Retiramos la
cacerola del fuego y añadimos el jengibre rallado fino.
En un bol, batimos las yemas
junto con el azúcar hasta que estén pálidas y esponjosas. Colamos la nata y
echamos poco a poco sobre las yemas sin dejar de mover.
Vertemos la mezcla en los moldes
y metemos en el horno durante 25-30 minutos aproximadamente.
Sacamos del horno y dejamos que
se enfríen.
Ponemos en la nevera un mínimo de
1 hora.
Antes de servir, espolvoreamos
con azúcar moreno y caramelizamos con ayuda de un soplete.
Receta obtenida del libro de:
“Recién horneado por Lorraine Pascale”
No hay comentarios:
Publicar un comentario